En pleno auge de tiendas de aplicaciones, juegos sociales y consolidación del sector, los desarrolladores de software móvil empiezan a convertirse en un artículo de lujo: codiciados, caros y difífiles de encontrar.
Si tuviéramos que elegir al perfil tecnológico de moda, sería sin duda el desarrollador para móviles. Al fin y al cabo, alguien tiene que trabajar para que ante cualquier situación de la vida, podamos afirmar aquello de «There’s an app for that». Además, las posibilidades se multiplican porque no sólo hay varias plataformas (desde la de Apple hasta los dispositivos con Android, sin olvidar el nuevo Windows Phone 7), sino que empresas y organismos de lo más variado se interesan por la venta de aplicaciones.
Así las cosas, la página de ofertas de empleo Freelancer.com ha registrado un aumento en las demandas de desarrolladores móviles, que en el tercer trimestre del año crecieron la friolera de un 145 por ciento, adelantando a cualquier otra categoría laboral de la web.
Por secciones, los programadores en Android tuvieron un 24 por ciento más de ofertas, mientras que los de Apple vieron un poco reducidas sus opciones con un 4 por ciento menos de empleos disponibles. Lo que también responde a la madurez de la AppStore, con una trayectoria y un catálogo que siguen siendo mucho más grandes que las de cualquiera de sus competidores.
Las cifras resultan especialmente notorias dada la situación de crisis global de la que no terminamos de despedirnos, y cuando tener trabajos para elegir suena como algo utópico para muchos. Sin olvidar el importante detalle de que con las aplicaciones, se puede ganar bastante dinero. Y en lo referente a la tecnología, indican que sólo estamos atisbando el futuro de las aplicaciones.