Poco a poco el teléfono móvil va dejando de ser ese aparato limitado a las llamadas y mensajes y se van añadiendo más nuevas funciones, o más bien nuevas formas de comunicación. Los SMS añadieron a los móviles la posibilidad de enviar textos rápidos añadiendo una función que recordaba a los antiguos “beepers” pero sin llegar al email que poco a poco empezaba su ascensión dejando al correo postal en el olvido.
Por supuesto según mejoraron los terminales y las redes el SMS evolucionó hacia los EMS y los MMS para acabar conviertiéndose en un remedo del correo electrónico incluyendo imágenes y sonidos de tamaño mínimo por un precio desorbitado. Se sucedieron las campañas con MMS a precios reducidos pero jamás llegaron a tener el éxito de los SMS que hoy en día siguen gozando de una popularidad muy superior. ¿El problema? Está claro, el control total de las operadoras sobre cualquier transferencia de datos a través de sus redes y los precios disparatados impuestos.
Lo mismo pasó tiempo después con la llegada de las redes 3G y la videollamada. ¿Alguien recuerda la cantidad de teléfonos que incluyeron cámara frontal para realizar videollamadas?, ¿alguien recuerda cuantas realizó antes de empezar a utilizar la cámara frontal para peinarse si no tenía un espejo delante?. Yo recuerdo mi Samsung Z300 y la multitud de anuncios que ofrecían teléfonos con videollamada, esa forma de comunicación que haría de la llamada tradicional algo del pasado… de eso hace ya tres o cuatro años y de repente ahora que los smartphones tengan una cámara frontal es una novedad….
La videollamada fracasó por el mismo motivo por el que los MMS jamás fueron de uso masivo, el precio y la negativa de las operadoras para ofrecer un nuevo servicio a un precio que de verdad lo convirtiera en algo cercano al usuario de a pie (si no contamos con una red insuficientemente preparada).
La llegada de internet a los móviles junto a la 3,5G se supone que debería cambiar el panorama y ahora por primera vez parece que de verdad nuevas formas de comunicación están apareciendo y reclamando su lugar. Y es que no sólo podemos en cualquier momento acceder a nuestros correos y responderlos sino que la conectividad omnipresente ha impulsado la llegada de la mensajería instantánea y de otros programas (como Whatsapp, Beluga – comprada por Facebook hace bien poco, PingChat) logrando un punto intermedio en nuestros móviles aplicando la sencillez de la recepción de SMS en nuestros móviles a las posibilidades de la mensajería instantánea y viceversa.
Por supuesto se ha aprovechado la llegada de las nuevas velocidades de conexión para intentar resucitar la videollamada. Facetime para iPhone (aunque sea por Wi-Fi), y el desembarco de programas como Skype, Tango, Fring, aparte del retorno de las cámaras frontales, dan muestra de ese nuevo impulso que se le quiere intentar dar. Sin embargo una vez más las posibilidades de futuro de la videollamada son casi nulas (en realidad sigo sin verle ningún futuro si no cambian mucho las cosas) debido precisamente a lo de siempre… las tarifas aplicadas. Y es que los operadores no sólo están lejos de ofrecer tarifas de datos ilimitadas en sus llamadas “tarifas planas” (ahora mismo un contrato de 79 euros al mes te permite 1Gb de transferencia de datos en cierto operador) sino que se está planteando llevar el mismo concepto a las redes fijas de internet estableciendo límites de navegación.
Por lo tanto si eliminamos la videollamada y su alta tasa de transferencia de datos el único método alternativo que nos queda de comunicación es el conocido como VoIP (llamadas a través de la red de datos en vez de a través de la línea de teléfono habitual).
Por un lado la conocida cerrazón de las operadoras de telefonía móvil que en vez de adaptarse a los nuevos tiempos ven con malos ojos que los usuarios hagan uso de la tarifa de datos pagada religiosamente para efectuar llamadas en vez de realizarlas por el cauce (y con su facturación) habitual, y eso teniendo en cuenta que el tráfico VoIP es capaz de consumir cualquier tarifa de datos mediana en muy poco tiempo. Hasta el punto de que muchas operadoras han pasado a incluir en sus condiciones (salvo algunas excepciones) la prohibición de usar la tarifa de datos para este propósito.
Por otro lado, los programas y protocolos propietarios empleados. Es decir, a todo el mundo le sonará como Skype (el programa VoIP más conocido) hace no mucho vetaba el acceso de Fring a su plataforma, poniendo de manifiesto que no sólo estamos limitados por el uso que permite nuestra operadora sino también por el uso de un programa concreto.
Sin embargo en este ámbito si hay una buena noticia y es el lanzamiento del proyecto Free Call de GNU, cuyo objetivo es crear redes P2P (si, esas redes demonizadas por la ignorancia o el interés de algunos) como plataforma de comunicaciones de voz a través de internet.
Para ello se emplearía una implementación GNU (libre) del protocolo SIP (Session Initiation Protocol) llamada SIP Witch. De esta forma no sólo se podría trabajar en distintas plataformas sino que además al crearse como una red P2P no se necesitaria un proveedor central de servicios, no habría puntos de control en la red, y el código fuente estaría a disposición del público.
Este proyecto presentado con la frase “Free as in freedom, and free as in no cost, too!” (“Libre como la libertad, y gratis como sin costos”) pone de nuevo de manifiesto la esperanza que suponen los desarrollos libres a la hora de avanzar, de la misma forma que Android ha puesto de manifiesto en los móviles el poder de los desarrollos basados en la misma filosofía (aunque no la cumpla al 100%) frente a sistemas como iOS, o Ubuntu (entre otras distribuciones Linux) en los ordenadores frente a sistemas como Windows o Mac.
Si el proyecto consigue triunfar por fin podríamos ver un cambio en las limitaciones que nos intentan imponer para preservar un mercado decrépito. Yo por lo pronto ya tengo ganas de poder llamar desde mi Android a cualquier lugar del mundo por Wi-Fi, y no pierdo la esperanza de que algún día tambíen pueda realizar lo mismo con mi conexión 3G.
Vía Alt1040 y el Androide libre